Há sempre maneiras de inventar novas histórias. A modernidade moderniza-se todos os anos e há mais crédulos para sustentar um versão algo diferente. Em especial se for muito simples (este exercício é da responsabilidade do publicista espanhol - tudo indica que a informação original tem outra seriedade). De qualquer modo, há alguns quadros que resistem às ficções que os vestem.
Em Madrid, longe, e a Fondación Mapfre é um dos melhores centros de exposições. Por cá, aos bancos e seguros ou às grandes fundações basta-lhe uma miudezas.
Publicado el 26/04/2007 EL CULTURAL/EL MUNDO
"Raíces de la modernidad - Neoimpresionismo"
Comisario: Serge Lemoine.
Fundación Mapfre. General Perón, 40. Madrid. Hasta el 4 de junio.
"El tránsito de la pintura de la tradición a la modernidad constituye una vieja historia, resuelta ya por los tratadistas, pero que todavía ha sido muy poco abordada expositivamente. De ahí el interés de una muestra como la que ofrece la Fundación Mapfre, en la que se repite la versión que Serge Lemoine, presidente del Musée d´Orsay, ofreció hace dos años en otra exposición parisién.
Nadie –casi nadie– mantiene hoy la antigua opinión (más que una
opinión, una “sensación”) de que los impresionistas constituyen el
origen del arte moderno. Al contrario, los historiadores piensan que en
el impresionismo culminó el proyecto tradicional de un arte de
estructura pictórica basada en la perspectiva lineal o atmosférica y en
la representación mimética, y que el cambio a la modernidad se produjo
de manera gradual y en forma de metamorfosis, durante la segunda mitad
del siglo XIX en París, progresando a través de puentes simultáneos o
calles mayores, que se pueden sintetizar en dos: La de “los cuatro
grandes” del grupo que exponía con el marchante Goupil, a saber: Paul
Cézanne (1839-1906), Paul Gauguin (1848-1903), Vincent Van Gogh
(1853-1890) y Georges Seurat (1859-1891), cuyos ensayos respectivos, y
más o menos aislados, son tenidos por fuentes inmediatas de la mayor
parte de ideas y actitudes de la pintura del siglo XX.
Y, de otra
parte, resultó determinante la acción conjunta y programada del primer
grupo vanguardista constituido como tal, el de los neoimpresionistas o
Sociedad de Artistas Independientes, fundada en 1884, que celebró su
primera exposición en una barraca de las Tullerías, grupo que
encabezaba el citado Seurat, con cuyo “puntillismo” coincidían Paul
Signac (1863-1935) y Henri-Edmond Cross (1856-1910).
Los
Independientes franceses extendieron su poética a Bélgica –grupo Los
XX–, a Holanda, a Italia –los “divisionistas”– y a Alemania, además de
influir ocasionalmente en artistas del relieve de Matisse, Picasso,
Delaunay, André Derain, Regoyos… Aquella aventura neoimpresionista
constituye el motivo de esta exposición, la primera que se hace en
España sobre el tema.
La clave de esta muestra –medida y bella– reside en exponer cómo en las
décadas de 1880 y 1890 los “artistas científicos” Seurat, Signac y
Cross situaron su práctica innovadora absolutamente fuera de “la
tiranía de la impresión”, corrigiendo los efectismos del colorido
impresionista con las leyes del contraste simultáneo del color que
dictaba la ciencia –los estudios de Chevreul y de Charles Henry–, y
adoptando la técnica meticulosa y contrastante del “puntillismo” o
“divisionismo”, que construye el cuadro –como si fuera un mosaico– con
diminutos toques de pincel yuxtapuestos, aplicando colores
complementarios (amarillo-violeta, azul-anaranjado, rojo-verde) y la
luminosidad acusada del blanco.
Ese sistema subraya la realidad plana
del espacio pictórico, define la pintura como un código analítico del
color y del resplandor, crea una atmósfera misteriosa, de cromatismo
nuevo y mágicamente luminoso (que rememora los murales simbolistas de
Puvis de Chavannes, y que anticipa la extrañeza ambiental del arte
metafísico de De Chirico y del surrealismo de Magritte, al tiempo que
abre las puertas de su geometría vibrante a la pintura abstracta). Sin
renunciar por ello a una composición que, contrastando grandes planos
de luz y de sombra, trata de recuperar de algún modo la perspectiva de
los primitivos italianos.
Ésa es la tesis vertebradora de esta exposición “diferente”, cuyo recorrido va atendiendo, por separado, a cuestiones de espacio plano, ritmo, geometría, arabesco, pose, luz, color, símbolo, mosaico, abstracción…, a través de unos ochenta cuadros de cuarenta firmas históricas, remontando la poética puntillista hasta, entre otros, Van de Velde, Maurice Denis, Kandinsky, Severini, Klee, Picasso, Juan Gris y Bridget Riley.
MARIN MEDINA, José
Com que então anda por aqui... Muito bom!
Posted by: Ana Ruivo | 04/28/2007 at 18:24